A continuación sigue un listado de preguntas más frecuentes a partir de la experiencia de las visitas y los cursos realizados en la Finca El Mato Tinto, sede de la Asociación para el Desarrollo de la Permacultura, y de las visitas de supervisión a los proyectos piloto del proyecto PERMIND.

Las preguntas y sus respuestas se han puesto conscientemente antes de las unidades didácticas de la Guía Formativa PERMIND a modo de toque de atención y recordatorio. Las respuestas las hemos extraídos de las unidades didácticas que siguen.

¿Tengo que arar el terreno para empezar desde cero?

Se podría arar el terreno por última vez si éste está muy duro, aunque no se recomienda para no desequilibrar más el suelo. Si existen muchas hierbas podría venir bien pasar una desbrozadora o cortarla a mano, dejándolas extendidas sobre el terreno y mojándolas por encima. También podemos usar animales como gallinas, patos, ocas, cerdos…, haciendo un cercado fijo o móvil con una parte sombreada y agua en la zona donde queremos hacer el huerto, que nosotros llamamos jardín comestible, dejándoles en el cercado el tiempo suficiente, que será cuando el terreno esté totalmente limpio de hierbas y abonado por los animales (véase epígrafe III.1).

¿Dónde consigo el compost para empezar a crear el jardín comestible?

Si tenemos nuestro propio compost maduro podría ser suficiente para empezar. Si necesitáramos grandes cantidades lo podríamos obtener de algún ganadero cercano pudiendo utilizar o fomentar el trueque si ambos están de acuerdo. Podría ser un compost vegetal o animal, o incluso la mezcla de ambos (véase epígrafe III.1).

Tengo poco compost. ¿Lo puedo extender más para tener más superficie cultivable?

No. Como mínimo el jardín comestible tiene que tener al inicio una capa nivelada de compost de 15 a 20 cm de altura. Esta labor es la inversión más importante que debemos hacer para obtener buenos resultados de forma permanente desde el primer año. Nunca debemos de extender el compost menos de 15 a 20 cm de altura por querer obtener más cantidad de superficie de terreno para el cultivo. Es mejor menos superficie con la altura mínima propuesta de compost, que tratar de tener más superficie con menos altura de compost (véase epígrafe III.1).

¿Tengo que volver a poner periódicos una segunda vez?

A través de la observación detectamos que el acolchado y el periódico o cartón utilizados en el inicio se han ido descomponiendo a lo largo del tiempo, y por ello el color oscuro del suelo y posibles restos de papel empiezan a notarse. Cuando empecemos a advertir pequeñas zonas desnudas de acolchado, es el momento en que nuestro suelo nos está dando la información de que hay que volver a cubrirlo con acolchado. En principio, para esta primera labor de mantenimiento no se requiere que se vuelva a poner periódicos o cartones antes de la reposición de la materia orgánica. Sólo en caso de que la zona de cultivo esté muy invadida con plantas adventicias de difícil eliminación, nos obligaría a parar el cultivo de la superficie afectada, y volver a poner el periódico con el fin de controlarlas  (véase epígrafe V.1).

El acolchado, ¿tiene que ser seco o verde? Aparte de paja, ¿puedo poner otro acolchado?

La materia orgánica vegetal puede ser verde o seca como paja, poda triturada, picadillo de monte, hojarasca, hierbas, restos de la poda o limpieza de las verduras, etc. Hay que tener en cuenta que una vez puesta en el terreno dependiendo de la materia orgánica que usemos podrían surgir brotes de semillas que germinarían sobre el papel, sin posibilidad de desarrollarse e incorporándose en el acolchado (véase epígrafe III.1).

¿Y ya está? ¿No se hace nada más? ¿Se echa algún producto para las plagas?

Mantener los jardines comestibles con una alta densidad de verduras y hortalizas atrae toda la vida posible al lugar, creando las condiciones adecuadas para obtener un equilibrio natural de plagas y depredadores que aseguren la salud de nuestras verduras, hortalizas, arbustos y árboles frutales (véase epígrafe V.2). Los biotopos, pequeños estanques de agua con vida animal y plantas acuáticas y/o semiacuáticas, son fundamentales para crear las condiciones adecuadas al atraer una gran variedad de fauna beneficiosa, de depredadores que facilitan el equilibrio del ecosistema del jardín comestible y del entorno, al mismo tiempo que aumentan la biodiversidad del lugar (véase epígrafe II.5).

Si detectamos pequeñas plagas o enfermedades de forma esporádica en alguna verdura u hortaliza, no debemos actuar sobre ellas porque el equilibrio existente en nuestro jardín comestible no deja que la plaga se expanda de esa planta a otra. Más que actuar hay que observar. La información que nos está proporcionando esa observación es que posiblemente no tenemos una buena calidad de semilla o el suelo no está totalmente equilibrado en ese lugar y hay que esperar a que se equilibre por sí solo. Y si tuviésemos que actuar sería sólo en el suelo aportándole más nutrientes (véase epígrafe V.2).

¿Compostaje en superficie?

El sistema de policultivo de la Permacultura está basado en los patrones de la naturaleza. Y ya que en ésta el suelo no se ara, su auto retroalimentación está basada en el cierre de ciclo con la caída de hojas que es la biomasa que forma la cobertura en el suelo creando las condiciones perfectas para la vida en éste, creando una descomposición en superficie –compostaje en superficie- dejándolo esponjoso y nutrido (véase epígrafe V.1).

¿Compostaje en superficie?

El sistema de policultivo de la Permacultura está basado en los patrones de la naturaleza. Y ya que en ésta el suelo no se ara, su auto retroalimentación está basada en el cierre de ciclo con la caída de hojas que es la biomasa que forma la cobertura en el suelo creando las condiciones perfectas para la vida en éste, creando una descomposición en superficie –compostaje en superficie- dejándolo esponjoso y nutrido (véase epígrafe V.1).

Todas estas variedades de plantas juntas, ¿se dan bien? ¿Hacen asociaciones o rotaciones de cultivos?

Para mantener el jardín comestible de una manera permanente y con mucha densidad de plantas usamos la plantación al hueco, técnica que consiste en rellenar los espacios que han quedado vacíos después de la recolección de verduras y hortalizas, ocupándolos con las plántulas disponibles sin preocuparnos de que sean de la misma especie de la hortaliza o verdura recién recolectada. En este sistema de plantación no usamos el criterio de la rotación de cultivo, al disponer permanentemente de un suelo nutritivo mediante el proceso de compostaje en superficie, un suelo con suficientes nutrientes para todas las plantas. Con este suelo y la técnica de la plantación al hueco se asegura la reposición y el escalonamiento de las verduras y hortalizas (véase epígrafe V.2).

¿Qué sistema de riego puedo poner?

El sistema más idóneo de riego para el jardín comestible permacultural basado en los ecosistemas naturales es el riego por aspersión, que es el que más se asemeja a la lluvia al mojar toda la superficie que incluye canteros y caminos. Este sistema aporta al jardín humedad de una manera homogénea, lo que facilita la descomposición de la materia orgánica y participa en la creación de un suelo vivo. Todo ello da lugar a que al mismo tiempo que se riegan las zonas de cultivo se regarán los caminos que nos proporcionarán aproximadamente en un año un rico compost que podremos utilizar como sustrato para nuestro vivero o nutriente para nuestros canteros. También se podría combinar el sistema de riego por aspersión con el sistema de riego por goteo para gestionar el gasto de agua en lugares donde ésta escasee, o llegado el caso podríamos utilizar solo el sistema de riego por goteo (véase epígrafe III.3).

¿Qué sistema de riego puedo poner?

El sistema más idóneo de riego para el jardín comestible permacultural basado en los ecosistemas naturales es el riego por aspersión, que es el que más se asemeja a la lluvia al mojar toda la superficie que incluye canteros y caminos. Este sistema aporta al jardín humedad de una manera homogénea, lo que facilita la descomposición de la materia orgánica y participa en la creación de un suelo vivo. Todo ello da lugar a que al mismo tiempo que se riegan las zonas de cultivo se regarán los caminos que nos proporcionarán aproximadamente en un año un rico compost que podremos utilizar como sustrato para nuestro vivero o nutriente para nuestros canteros. También se podría combinar el sistema de riego por aspersión con el sistema de riego por goteo para gestionar el gasto de agua en lugares donde ésta escasee, o llegado el caso podríamos utilizar solo el sistema de riego por goteo (véase epígrafe III.3).

¿Cuándo tengo que regar?

El saber cuándo tenemos que regar es tocando el suelo y comprobando su humedad. En todo caso se tiene en cuenta que los momentos más adecuados para el riego por aspersión son por las mañanas o por las tardes para evitar que el sol queme las hojas de las plantas. Se puede regar a mitad de mañana cuando el día esté muy nublado o utilicemos el riego por goteo (véase epígrafe V.4).